Claroscuros de Barcelona. Esos niños arrugaditos

En Barcelona, como en cualquier otro lugar, los ancianos y ancianas vienen en diferentes envolturas y contenidos. Los hay altos, flacos y arrugados y los hay bajos, gorditos y menos arrugados. Por dentro, los hay muy sanos, promedio y gastados. Los hay con la cabeza en su sitio y otros que deciden mudarse de la azotea donde viven para ir a lugares y situaciones de su infancia o explorar nuevas experiencias que disfrutan más a nivel sensorial que cognitivo.

Por suerte y como consecuencia de toda la información de la que disfrutamos y de los medios de salud al alcance de la mayoría, cada vez los ancianos son “viejos” más tarde.  Hacen ejercicio, usan cremas y procedimientos rejuvenecedores, consumen vitaminas y los últimos descubrimientos en comida sana. Pero llega un momento en que bajan la guardia por el peso de los años y se empieza a notar la edad. Es el momento de comenzar a pensar en lo impensable y de implantar el plan de futuro que puede haber sido diseñado por ellos mismos o por su familia y que tiene que ver con un lugar donde se pueda retirar en sus últimas jornadas (que pueden ser cortas o muy largas dependiendo de la actitud del huésped hacia la modalidad), para que le ofrezcan servicios de compañía y salud, en ese orden.

La comunidad de Barcelona ofrece varias soluciones a las personas mayores (Información provista por el Ajuntament de Barcelona). Por ejemplo, del programa Vivir y Convivir que está orientado a los mayores que se valen por sí mismos y que pueden ofrecer una habitación en su casa a estudiantes que viven fuera de Barcelona y necesitan vivienda mientras cursan estudios en nuestra ciudad.  Este programa busca estimular la solidaridad, el conocimiento y la ayuda mutua entre dos generaciones y ha demostrado ser enriquecedor para ambos sujetos.

Otra modalidad son las Viviendas con Servicios que se ceden, en régimen de uso, a personas mayores que se valen por sí. Están adaptadas a sus  necesidades en cuanto a movilidad, accesibilidad, recursos, etc. y con servicios de apoyo tales como sanidad y alimentación, que pudieran necesitar en un momento determinado. Incluyen servicios de alojamiento, conserjería, tele asistencia, apoyo personal y social y ayuda para la limpieza de la vivienda. Hay un precio establecido para las plazas en estas viviendas.

También existe el Servicio de Acompañamiento a Domicilio que se da en dos modalidades: acompañamiento a domicilio (un voluntario visita a la persona mayor una vez por semana por dos horas, con lo que se presta apoyo afectivo y alivia el aislamiento en el que muchos ancianos se ven sumergidos) y, acompañamiento esporádico para  dar soporte al anciano que tenga que hacer diferentes gestiones fuera de su casa. Estos servicios los llevan a cabo personas voluntarias y son gratuitos para el envejeciente.

Las Estancias Temporales para Personas Mayores se ofrecen para dar apoyo a las familias que tienen en su domicilio a personas mayores con deterioro físico y/o psíquico, o por  motivo de vacaciones, o descanso, o de otras necesidades. El servicio está limitado a una estancia máxima de dos meses al año. La plaza tiene un precio establecido.

El Servicio de Acogida Diurno para personas mayores, está dirigido a ancianos que viven en su casa pero necesitan ayuda para las actividades diarias o que no pueden estar solas por sus limitaciones. Incluye servicios como atención sanitaria, atención social, alimentación (comida y merienda), higiene personal, actividades de rehabilitación, podología (opcional) y peluquería (opcional). Tiene un precio establecido.

El Servicio de Acogida Residencial  consiste en infraestructura y equipos dedicados a acoger y atender, de manera permanente o temporal, a personas mayores que no pueden realizar las actividades de la vida cotidiana (limpieza de la casa, higiene personal, etc.), o necesitan una atención constante (por enfermedad, edad muy avanzada, etc.) y no cuentan con apoyo familiar o de otras personas, para continuar viviendo en su casa.  Este servicio forma parte del Catálogo de Servicios de la ley de la Dependencia.

El Servicio de Acogida de Urgencia (SAUV)  se ofrece a los ancianos que se encuentran en situación de urgencia social que requiere una actuación inmediata, con el fin de ofrecerles una acogida temporal y atención a sus necesidades básicas, mientras se encuentran los recursos más adecuados para tratar su situación. La atención se presta en el centro municipal que presta este servicio, o bien en plazas de residencias de la ciudad concertadas para cada caso concreto.
Un equipo de profesionales analiza la situación de la persona, y hace la tramitación de recursos para encontrar soluciones a la situación.

Otro de los servicios más hermosos es el Servicio Comidas en Compañía. Este servicio diurno provee asistencia a las  personas mayores en situación de fragilidad y está orientado a potenciar un envejecimiento activo y saludable. Para ello cubre dos necesidades básicas: facilita una alimentación adecuada y un espacio relacional de vínculos de amistad y de conexión con la comunidad. Pueden beneficiarse del servicio las personas mayores de 65 años (excepcionalmente pueden acceder personas de más de 60 años con discapacidad reconocida de más del 33%), personas mayores solas en riesgo de aislamiento social, personas que viven en viviendas sin condiciones para cocinar, personas que, aún viviendo en viviendas en buenas condiciones, requieren un seguimiento de los hábitos de alimentación, relacionales, de higiene y de salud fuera de su domicilio. El precio tiene que ver con la cantidad de comidas y los ingresos del envejeciente.

También se ofrece una solución orientada al transporte: la Tarjeta Rosa que sirve para acceder a los transportes metropolitanos integrados, sin limitación de viajes ni horario. Puede ser gratuita o reducida. Para esta última hay importantes descuentos.

El Proyecto Radars es una red de prevención en la que participa la sociedad civil y la administración pública. Tiene como objetivo contribuir a que las personas mayores que viven solas o acompañadas de otras personas mayores puedan quedarse en su hogar, con la complicidad de su entorno. La prioridad es reducir el riesgo de aislamiento y de exclusión social de la personas mayores.

Quizás sea por todas estas soluciones que se ofrecen para la vejez, o porque los catalanes cuentan con retiros que, aunque en la mayoría de los casos no son abundantes, son dignos; o porque han vivido desde pequeños con mucha independencia personal, o simplemente porque son recios y esperan al último momento a tirar la toalla, los ancianos catalanes pueblan las calles, parques y bancos para compartir entre ellos lo bueno y lo malo y hasta se puede oír una voz cascada diciendo a modo de piropo: Adeu pubilla maca, ¿que vols fer un cafetó amb mi? (Adiós jovencita bonita ¿quieres tomarte un cafecito conmigo?). Puede ser que su vista no sea muy buena, pero hay emociones y sentimientos en esos corazoncitos arrugados.

 

 

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