2013, oportunidades al por mayor y al detalle

Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera. Nadie quiere que adentro algo se muera. Para que dentro nazcan cosas nuevas.                                             

Esta hermosa y sabia estrofa de autoría de Mercedes Sosa en su canción Soy pan, soy paz, soy más, exhorta  a sacar las penas, a conversar con los demás de lo que se siente, a abrirse con la intención de descargarse de cosas y sentimientos que guardados en nuestro interior nos pueden hacer mucho daño.  Yo, además de estar de acuerdo con este tipo de liberación, también aplico estos consejos para organizarme y ponerme al día. Me explico.

A veces, al igual que guardamos en el armario ropa o zapatos que no usamos por años y que, además de coger polvo, ocupan un lugar que podríamos estar utilizando para ropa nueva y mejor organización de nuestro  escaso espacio, guardamos en nuestro interior valores, costumbres y hábitos que, si los analizamos bien, no nos ayudan mucho, por el contrario nos limitan y constituyen un peso que debemos arrastrar como un lastre en la vida.

Al año 2012 le faltan pocos días y es tiempo de planificar para el 2013 si queremos tener el control de nuestras vidas. Para hacerlo, hay que empezar recorriendo mentalmente el año que estamos terminando y hacernos conscientes, primero, de todo lo bueno que La Vida nos ha dado en forma de salud y fortaleza física y de todos nuestros logros partiendo de esa base, junto con nuestras ganas de trabajar y trabajarnos. También hay que hacer un recuento de las cosas no tan buenas que nos han sucedido para sacar una lección de ellas, evitar que nos vuelvan a ocurrir otra vez, o darnos cuenta de que nos dieron alas para volar a otros espacios o encontrar otras soluciones mejores.

Personalmente, me gusta trabajar en lo que yo llamo “mi círculo”, que no es otra cosa que yo misma. Repaso mi espacio de vida dividido de la siguiente forma: familia, espiritualidad, formación intelectual, cuerpo, amigos, diversión y trabajo.

De cada uno de estos aspectos recuerdo cómo lo hice el año que está terminando. Sin ser exhaustiva les comento que me hago algunas preguntas como las siguientes: ¿Di suficiente importancia a los aspectos familiares? ¿Pude haber hecho más por alguno de los miembros de mi familia? ¿Me he alejado un poco de ellos o, por el contrario, me he acercado más? ¿Estoy satisfecha con mi espiritualidad? ¿Siento que me estoy quedando rezagada respecto a los avances del mundo? ¿He hecho algún curso nuevo o he leído lo suficiente como para ponerme al día en mis conocimientos? ¿Me siento satisfecha con mi cuerpo (salud y forma)? ¿He visitado a los médicos de forma preventiva? ¿Me alimento adecuadamente? ¿Hago el ejercicio adecuado, teniendo en cuenta mi edad, salud y otras circunstancias? ¿Cultivo mis amigos como si fueran delicadas y hermosas plantas? ¿Los frecuento? ¿Los llamo? ¿Los acompaño en su día a día? ¿Les hago sentir que estoy ahí para ellos? ¿He sacado tiempo para distraerme, para divertirme? ¿Cuánto hace que no voy a los sitios que me hacen sentir bien, o que no dejo salir el niño que tengo dentro? ¿Tengo el trabajo que me gusta? ¿He hecho lo posible por hacerlo bien y por desarrollarme como profesional y como persona en el mismo?

Cada quien sabe qué tiene que preguntarse para llevar la contabilidad de su vida. Lo importante es ser minucioso y honesto con uno mismo.

El plan para el siguiente año estará, por tanto, basado en nuestras prioridades –lista que es bueno tener siempre a mano para que nos de un tirón de orejas si nos estamos alejando de ellas, pero que podremos ir cambiando en la medida que éstas vayan cambiando también–, nuestras carencias y nuestras lecciones aprendidas,  que algunas personas llaman fracasos. Estas últimas nos harán darnos cuenta de que tenemos ciertos hábitos que nos hacen torpes para el éxito; ciertas costumbres que en nada ayudarán a lograr lo que nos proponemos y ciertos valores que, en un tiempo nos sirvieron mucho porque fueron la base de nuestra formación y nos permitieron vivir en una sociedad que los adoptaba y honraba, pero que ahora ya no nos sirven más, sino que a veces nos hacen ser rígidos, hacer juicios de valor, o “enrocarnos”. Podremos decidir qué hacer con ellos, si quedárnoslos, o abandonarlos, o sustituirlos.

El plan, que lo que busca es que nos fortalezcamos, nos rejuvenezcamos o nos hagamos más flexibles por dentro y por fuera, debe estar por escrito, ya que la memoria es frágil a ciertas edades, o en ciertas circunstancias. Preferiblemente debe estar señalado por fechas, e indicar los resultados que esperamos de las acciones a las que nos comprometemos en el plan. Mes tras mes las revisaremos y nos daremos un premio si hemos logrado el objetivo, o nos propondremos trabajar inmediatamente si es que nos hemos quedado cortos en algo. El premio final llegará precisamente el mismo día dentro de un año, cuando sintamos la satisfacción de haber hecho lo mejor que hemos podido y, de nuevo, extraigamos lecciones de nuestros tropezones.

El año 2013, tiene como mínimo 365 oportunidades que podemos aprovechar, porque La Vida nos las pone cada día para probar nuestra fe en nosotros mismos, nuestra fortaleza, nuestra perseverancia y nuestro amor.

Que el camino salga a tu encuentro, que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. (Antigua bendición Celta).

2 respuestas a «2013, oportunidades al por mayor y al detalle»

  1. Maricarmen: El plan es una excelente idea. Me ha gustado mucho tu enfoque. Es práctico y sobre todo útil. No podré asistir el sábado, pues tengo un compromiso que cumplir. Sin embargo, te agradezco las pautas que ofreces a través de tu blog. El ejemplo del closet, viene como anillo al dedo. Pensar, planificar y proponernos metas es todo un reto; pero debemos asumirlo, sacar el tiempo para ello y tener la voluntad para alcanzar nuestros anhelos.

  2. Muy buenas las ideas para hacer y poner en práctica un plan para el año.
    En el 2014, me anoto para una experiencia como la que nos contaste que tuviste con el grupo del gim.
    Excelentes tus aportes Maricarmen. Enhorabuena!

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